Guilda Scout Amoros

S c o u t · u n · d í a , s c o u t · p a r a · s i e m p r e


Sotillo de la Adrada

CRÓNICA DE UNA SALIDA ANUNCIADA
14 de abril de 2013

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Misa en Sotillo

Amanece un día con un cielo azul y una temperatura espléndida, y la Guilda Amorós parte hacia Sotillo, a disfrutar de un día en contacto con la naturaleza.
Nada más llegar, y coherentemente con el artículo 2º de la Ley Scout, “El scout es responsable con lo que se compromete”, procedimos a cumplir con el precepto, acordado en su momento, de celebrar la primera convivencia de una salida en torno al avituallamiento adecuado para afrontar la exigente jornada, mientras arreglábamos el mundo como mejor supimos.

Debidamente reconfortados continuamos con el programa previsto, de reconocimiento del terreno e investigación de los lugares importantes, obteniendo pronto resultados satisfactorios en un escondido rincón desde el que se nos incitaba con inquietantes tentaciones, en las que caímos ingenuamente, si bien hemos de precisar que la culpa no fue nuestra ya que fuimos insistentemente invitados a degustar ciertos bollos que fueron del agrado de los arrojados exploradores que primero se arriesgaron, y que fue compartido después con quién quiso, (y no estaba esclavizado por ese lamentable amo que es la escasez alimenticia).
Cubiertos los objetivos primarios, y siguiendo nuestra vocación de búsqueda del conocimiento, aplicamos el método científico de prueba y error, mientras encontrábamos el camino adecuado, lo que nos llevó a descubrir lugares insólitos y vivir peligrosas aventuras.

sotillo5Y para probar todo lo dicho están las imágenes del esforzado equipo de Fotógrafos sin Tartera que demuestran los peculiares lugares que sin mucho esfuerzo se pueden encontrar.

Continuamos nuestra aventura, viéndonos involucrados en un episodio de guerra biológica, de la que salimos bien parados gracias a los agentes que la estaban combatiendo, y cuyas imágenes podéis disfrutar gracias a la valentía demostrada por el comentado equipo, que arriesgando su integridad física se acercaron hasta distancias no recomendables.

Hemos de agradecerles además que nos orientaran definitivamente hacia nuestro objetivo que ya alcanzamos sin mayores sobresaltos, y empezamos a disfrutar del artículo 6º “El scout ve en la naturaleza la obra de Dios y la protege”, iniciando un camino que discurre por verdes praderas, entre margaritas y otras florecillas, el canto de los pájaros, el croar de las ranas, y superando los cursos de agua desbordados por las recientes lluvias.

Tras superar la última y fatigosa pendiente, logramos alcanzar un sotillo en donde celebramos cima, y nos tomamos el descanso merecido.
Recuperadas las fuerzas emprendimos el camino de vuelta, continuando con nuestra animada charla sobre los más diversos temas.
De vuelta al pueblo, y tras descubrir la verdadera casa del hobbit, llegamos hasta la fuente, y poco después Paco nos demostró el gran “reprise” que tiene, pasando de 0 a 100 km. en tres décimas de segundo. Menos mal que logramos controlarle.

Se aproximaba la hora de la comida, y el calor era agobiante, pero como scouts que superan las dificultades con alegría, (art. 8), dimos con un refugio debidamente acondicionado para resumir las teorías desarrolladas a lo largo de la mañana, mientras dábamos cuenta de unas abulenses patatas revolconas acompañadas de los fluidos adecuados para combatir el sofoco y acompañar el manjar.

sotillo2Terminado el obligado ritual del aperitivo, nos dirigimos hacia la residencia de las monjas, que constituía el motivo principal de la salida, encontrándola en un bucólico lugar frente a la sierra de Gredos, cuyo prado nos ofrecieron para comer.
Algunos encontraron antiguos conocidos, con los que departimos algunos minutos, ante su condescendencia porque ellos “tenían paella” y nosotros no… Pobrecillos, les dejamos con su ilusión, porque no saben que “el scout no hace las cosas a medias” (art. 7), y consecuentemente fueron apareciendo nuestros víveres, y desapareciendo al mismo ritmo, debidamente acompañados por cierto jugo fermentado típico de nuestro país. Todo ello mientras disfrutábamos del magnífico paisaje que se abría ante nosotros.
Al terminar, Carolina nos enseñó el complejo, las habitaciones y demás dependencias, invitándonos a venir cuando queramos.

Finalmente compartimos la eucaristía con un grupo que venía de la parroquia del PAU, San Benito Menni, bajo el abrazo del “padre Lorenzo” que disfrutó de lo lindo sobre nuestras cabezas, y que dio lugar a una muestra más de cómo ponemos en práctica las clases de formación, (Paco: como usar una pañoleta), en nuestra Guilda.
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La misa fue amenizada con multitud de canciones interpretadas por las voces dulces de las hermanas, que hizo más llevadero el calor, y que llevó a cierta reflexión, un tanto ácida y en voz alta sobre… nuestros cantos. Ánimo guilderos, que aún podemos cumplir con ese art. 2, antes de finalizar este curso, y comprometernos a cantar el himno en todas las reuniones que nos quedan.

Mediada la tarde iniciamos el retorno a Madrid, comentando las incidencias del día, y saboreando los buenos momentos vividos.
Todo esto se cuenta, no para envidia de los que hubieron de quedar amarrados al duro banco de sus obligaciones, sino para dejar constancia en los anales (que correspondan), de que la Guilda Amorós, aún disminuida en su representación debido a los avatares de la vida, es capaz de cumplir con creces los objetivos establecidos dejando muy alto el pabellón scout.